El sueño americano de una madre inmigrante
Millones de madres dejan sus países natales en búsqueda de trabajo y seguridad en los Estados Unidos para mantener a sus familias. A través de su trabajo, muchas de ellas sostienen nuestras industrias de turismo, atención médica y educación mientras ven crecer a sus hijos por fotos, videollamadas y mensajes de texto.
Esta fue la experiencia de Cristine Bowens, prestataria de OPA. Originaria de San Vicente y las Granadinas, Cristine emigró a los EE. UU. en búsqueda de mejores oportunidades laborales.
Siendo madre soltera, en 1999 dejó a sus cuatro hijos con sus abuelos para ir a vivir a Boston, Mass. Como Cristine no sabía mucho sobre la vida en los EE. UU., intentó pasar desapercibida, aceptando trabajos en negro y enviando la mayor parte de sus ingresos a casa.
"Apenas emigré, no quería que me notaran, porque no conocía el sistema", contó Cristine. "Mi preocupación principal era conseguir un trabajo para mantener a mi familia". Como inmigrante, quieres pasar desapercibida para no quedar en una situación en la que puedan mandarte a tu país".
Empezar una vida en los EE. UU.
Irónicamente, Cristine halló trabajo de inmediato en el cuidado de niños y siguió cuidando bebés y niños pequeños durante 20 años. Cristine recibió su tarjeta de residente permanente en 2017, pero debido a la falta de fondos y a la necesidad de trabajar para seguir manteniendo a sus hijos, pospuso la solicitud de la ciudadanía.
"Me mantuve enfocada, cuidando de mi familia en mi país, con un objetivo en mente y trabajé para conseguirlo", añadió.
Luego de un susto con su salud causado por agotamiento, Cristine decidió dejar de trabajar durante un tiempo y tramitar la ciudadanía. Sin ningún conocimiento sobre el tema, acudió a una organización sin fines de lucro para que la ayuden con la solicitud. Project Citizenship asistió a Cristine desde el comienzo hasta el final y la derivó a un préstamo de inmigración comunitario con el 1% de interés de OPA. Con el apoyo de estos dos socios comunitarios, Cristine presentó su solicitud en la primavera de 2022, pagó el préstamo mientras avanzaba el trámite y se convirtió en ciudadana en diciembre de 2022, cuando faltaba un pago a OPA.
"Al ser inmigrante, te faltan ciertas cosas. Pasas muchas noches sin dormir, te lo puedo asegurar. Pero al final, vale la pena. Ahora mi familia está aquí y me hice ciudadana, es el sueño americano. Valió la pena, todo valió la pena", explicó.
La vida como ciudadano
Cristine pudo presentar una solicitud para sus hijos, comprar una casa en Brockton y registrarse para votar.
"Me sentí orgullosa cuando hice el juramento. Suspiré con alivio y esa noche, cuando llegué a casa, pensé en los últimos 24 años", recuerda Cristine. "Me senté en mi dormitorio, miré mi certificado de ciudadanía y recordé todo. Recuerdo el día que me fui. Mis hijos eran bebés, perdí a mi papá mientras estaba aquí y en ese momento no pude viajar para acompañar a mi mamá; todo eso volvió y las emociones me abrumaron. No ha sido fácil, pero ahora estoy aquí y se siente muy bien porque ahora soy libre.
Como Cristine, las mujeres inmigrantes en EE. UU. arriesgan todo para venir a trabajar a nuestro país y mantener a sus familias. Las organizaciones como Project Citizenship y One Percent for America reconocen su sacrificio y sus aportes. Por eso trabajamos para eliminar los obstáculos que existen para obtener la ciudadanía y colaboramos como comunidad para crear más préstamos con tasas de interés bajas.
Estamos encantados y honrados de contar la historia exitosa de Cristine y los invitamos a unirse a nosotros para ayudar a que más inmigrantes como ella hagan realidad su sueño americano.